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lunes, 8 de enero de 2018

Extremistas destruyen 7 aviones rusos: Moscú prepara la venganza

La noche del pasado 31 de diciembre, justo cuando la mayoría de la gente celebraba la entrada del año nuevo, en Siria sucedían cosas que por alguna razón no trascendieron a la prensa internacional como debía haber sido, quizá por tratarse de dicha fecha, pero aun así, el asunto en cuestión es de suma transcendencia.


Yo no sabía nada de los presentes hechos, solo me entere hasta el día de hoy, pero eso no había hablado nada del tema, pero sin duda merece un análisis aparte.

El asunto del que hablo es el ataque a la base rusa de Hmeimim en la provincia de Latakia, en siria.

Días antes a los presentes hechos ya se había intentado atacar la mencionada base con cohetes disparados por presuntos “rebeldes y extremistas sirios”, cohetes lanzados contra las instalaciones propiedad de las fuerzas armadas rusas. En esa oportunidad fue anulada la amenaza a través de los sistemas antiaéreos rusos instalados en dicha base y en la base naval de Tartus.

Entonces las autoridades rusas declararon que los responsables intelectuales del ataque fueron las autoridades estadounidenses a través de sus “asesores militares” instalados en territorio sirio, pues en sus bases se entrenaron y se equiparon a los sujetos que lanzaron los cohetes contra las bases rusas; pero con toda probabilidad dentro de las filas de los extremistas operan agentes estadounidenses, agentes que habrían sido los que realmente dispararon los misiles contra las bases al ser ellos los que controlan dicha tecnología y los que tienen más experiencia en su uso.

Es por eso que el Kremlin inmediatamente exigió la salida de las tropas y agentes estadounidenses del territorio sirio, pues ellos serían los responsables intelectuales del ataque.

Pero el día de hoy se realiza otro intento de ataque a las bases rusas utilizando para ello trece drones; si, oyeron bien, trece drones, número cabalístico que resulta muy curioso que aparezca en este asunto.

7 drones fueron destruidos en pleno vuelo por las defensas antiaéreas rusas, pero los restantes cinco fueron intervenidos electrónicamente y obligados a aterrizar en territorio controlado por las fuerzas rusas.

Esta acción recuerda mucho a lo pasado hace unos años atrás cuando un Dron de última generación estadounidense, el modelo RQ-170, fue hackeado por la inteligencia iraní y obligado a aterrizar en territorio persa. A partir de ingeniería inversa el gobierno iraní creo su propia versión del dron furtivo estadounidense.

Pero la pregunta es ¿Cómo logró Irán capturar dicho Drone? ¿Acaso la técnica persa está tan desarrollada que fue capaz de capturar un avión de última generación estadounidense? ¿o fue apoyado por alguien más?. La respuesta lógica es que fue apoyado por alguna potencia extranjera para lograr tal proeza; muchos dijeron que se logró gracias a la ayuda de especialistas chinos y armas chinas de lucha electrónica; pero otros afirman que fueron especialistas rusos, utilizando sus propias armas de lucha electrónica, los que lograron hacerse con el control de la aeronave estadounidense. En lo personal creo fue la última opción, cosa que quedaría ratificada con los hechos presentes en cuanto a la captura de cinco drones de los extremistas en siria.

Las autoridades rusas han explicado que los drones portaban explosivos equipados con fusibles de detonación de procedencia extranjera, pero claramente todo el dron es de procedencia extranjera, pues un grupo de revoltosos analfabetas no podría fabricar una máquina así, pues carecen de los conocimientos técnicos, así como de los medios necesarios para su fabricación. 

Tomando esto en cuenta, resulta clara la implicación estadounidense en el asunto. No olvidemos que reiteradamente Moscú ha declarado que las fuerzas estadounidenses desplegadas en siria e Iraq están ahí para ayudar a las bandas extremistas más que para combatirlas. En muchas ocasiones han sido sorprendidos prestando apoyo material y logístico a las bandas extremistas que operan en esos países; así mismo, han sido sorprendidos ayudando a los extremistas a escapar del asedio de las fuerzas rusas, sirias e iraquíes. Inclusive se dice que el líder de los extremistas se refugia en una base militar estadounidense.

Pero volviendo al tema con el cual inicié; a raíz de esta última información me enteré que la noche del 31 de diciembre fue atacada la base rusa de Hmeimim con salvas de mortero, destruyendo en el proceso al menos a 7 aeronaves del ejército ruso que se encontraban en el interior de la base aérea.

Esto es realmente sorprendente, pues no haber podido evitar dicho ataque, que se saldó con unas pérdidas millonarias para el ejército ruso, es sinceramente preocupante. Algunos medios reportaron la muerte de al menos 2 militares rusos durante el asedio a la base rusa por parte de los extremistas.

Las aeronaves destruidas incluyen a dos cazas de última generación rusos, específicamente me refiero a dos SU-35s; los mismos que hicieron huir despavoridos a dos cazas furtivos F-22 estadounidenses en el norte de Siria, cerca de la frontera con Iraq.

Las otras aeronaves destruidas incluyen igualmente a un cazabombardero de última generación ruso, me refiero al modelo SU-34. Así mismo, durante el ataque se destruyeron cuatro vetustos cazabombarderos de la era soviética, me refiero a los modelos SU-24; modelo similar al derribado por las fuerzas de la OTAN en colaboración con los militares turcos el día 24 de noviembre del año 2015. También en el incidente resultó dañado un avión de transporte militar del modelo An-72.

Ese mismo día se había reportado previamente la muerte de varios oficiales rusos tras la caída del helicóptero modelo Mi-24 en el cual se transportaban. No se aclaró si fue derribado o fue un accidente, pero probablemente fue derribado por fuerzas enemigas.

Hasta aquí los hechos tal como se han reportado, pero la pregunta crucial es: ¿Cómo fue posible que los extremistas se acercaran tanto a la base rusa sin ser detectados?; y una vez iniciado el ataque, ¿por qué no fue anulada la amenaza de inmediato?. Sin duda hay los medios para tal propósito.

Se entiende que esa noche la mayor parte del personal se encontraba ocupado celebrando la entrada del nuevo año, pero aun así, debía haber vigías que custodiaran las instalaciones, así como gente de inteligencia que rastreara los alrededores de la base en busca de amenazas externas; máxime considerando la fecha, momento que tratarían de aprovechar los enemigos para atacarles.

Sin duda faltó tacto dentro de las filas de las fuerzas rusas, pero a pesar de ello, no se entiende como pudo suceder una cosa así, pues como ya explique, disponen de los medios para poder haber previsto una situación así y eliminar la amenaza de inmediato, tal cómo efectivamente sucedió.

Sin duda hay constante vigilancia en los alrededores de la base utilizando para ello medios electrónicos muy sofisticados, como satélites de teledetección, radares muy avanzados, medios de detección infrarroja, ultravioleta, de visión nocturna, de microondas, etcétera. 

Los medios no faltaban para poder haber detectado la amenaza con anticipación, y una vez iniciado el ataque, se contaba con los medios para anular a los extremistas de inmediato, como lo son los misiles Iskander-M, misiles que podrían haber sido equipados con bombas atómicas tácticas, como las utilizadas por Israel y EEUU en Yemen, para acabar con la amenaza de un solo golpe; o en su caso, equiparlos con ojivas convencionales que igualmente harían el trabajo. 

También se contaba con los misiles de crucero kalibr que equipan los submarinos y los buques de la base de Tartus. Así mismo, se contaba, como ya dije, con los ultramodernos cazas SU-35s y SU-34, cazas que podrían haber llegado al lugar desde donde se realizó el ataque en solo cuestión de minutos. También se contaba con helicópteros de ataque del tipo cazador nocturno (Mil Mi-28) y Alligator (Kámov Ka-52). También se disponía de armas espaciales secretas que se pudieron haber utilizado para destruir a los agresores en el acto. En fin, las opciones eran muchas, pero sin embargo no se anuló la amenaza a tiempo y lograron destruir siete aeronaves rusas, ocasionando daños en la misma base y asesinando a varios oficiales rusos.

Indudablemente este asunto da a que pensar, y no quiero pensar mal de las autoridades rusas, pero me duele que los extremistas hayan logrado infligir tal daño dentro de las filas del ejército ruso utilizando para ello unos simples morteros, morteros que no valen ni una fracción del equipo destruido.

Esto amerita una venganza demoledora y espero las autoridades rusas ya la estén planeando, para lección de los mismos autores del crimen y como advertencia para cualquiera que lo intente repetir de nuevo.

Pero de lo que no hay duda es que detrás de los agresores estuvieron actores extranjeros, y me refiero específicamente a los estadounidenses. Es momento de darles una sopa de su propia medicina y organizar una represalia contra las instalaciones ilegales de los estadounidenses dentro del territorio sirio. Se pueden utilizar grupos “rebeldes” para tal propósito.

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