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lunes, 15 de enero de 2018

El gradual camino del petroyuan hacia un "mundo sin Occidente"



El comercio de petróleo en yuanes chinos podría provocar cambios tectónicos en la economía mundial. La aparición de los 'petroyuanes' en la Bolsa Energética Internacional de Shanghái, prevista para enero de 2018, puede resultar el evento que los desataría.

Aunque todavía es prematuro estimar el interés de los participantes del mercado hacia el comercio de crudo en yuanes, el Gobierno chino espera que el uso de su moneda nacional aumente la influencia de China, amplíe la presencia de su divisa en el mundo y también disminuya la dependencia de los flujos financieros valorados en dólares de EEUU.

En 2017 China adelantó a EEUU convirtiéndose en el principal importador de petróleo del mundo, y ahora quiere desempeñar el papel correspondiente a este estatus, observa Andis Sedlenieks, el columnista del medio letón Diena.

La transición hacia los yuanes supondría también una ventaja para Rusia —el principal suministrador de petróleo a China, con contratos firmados para años próximos— e Irán, también un socio importante. Para ambos países, sometidos a restricciones económicas de Occidente, decir adiós al dólar ayudaría a aliviar el efecto de las sanciones, valora el periodista.


La posibilidad de negociar con 'petroyuanes' debe tener demanda también en el espacio económico euroasiático y en algunos países de África y América Latina.

Mientras tanto, por el momento "parece que este tipo de comercio se limitará al mercado chino" sin alcanzar un estatus realmente global, considera el autor. Pero este aumento de influencia llegará lejos en Eurasia en el marco de la iniciativa China 'Un cinturón, una ruta', admite.

El mencionado aspecto político parece tener aún más importancia que el componente económico. La posibilidad de comerciar con petroyuanes desafía al dominio estadounidense reduciendo la importancia de petrodólar —uno de los elementos fundamentales del poder geopolítico de Estados Unidos—.


Además, China dependerá menos del sistema financiero de EEUU, lo que permitirá que el país asiático siga fortaleciendo el desarrollo interno de su economía sin quedar vulnerable ante los esquemas financieros de Washington.

El abandono gradual de la moneda estadounidense puede considerarse como un paso hacia el así llamado 'mundo sin Occidente', afirma el autor. En este contexto, los países en desarrollo tratan de crear alternativas a distintas instituciones dominadas por los países occidentales, privándolos de su histórica influencia en los asuntos mundiales.

Aunque el Occidente de hoy todavía sigue representando una parte importante del mercado y la autonomía económica del resto del mundo continúa su desarrollo, las naciones del mundo deben tener en cuenta esos cambios a la hora de entablar sus contactos con nuevos socios, concluye el columnista de Diena.

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